Las posturas de Jacques Derrida y Jacques Lacan con respecto al mayo del 68 han sido discutidas y confundidas muy a menudo. Ambos han elogiado ciertas características de aquellas movilizaciones pero, en efecto, han mantenido una distancia con una euforia espontánea. Esta comunicación pretende profundizar en cómo se llega a cuestionar la noción de mundo y totalidad –retomando la dialéctica trascendental– tanto en Derrida como en Lacan y cómo esas reflexiones permiten articular la afirmación “nada es menos seguro que el mundo mismo” –que podemos encontrar en Derrida en su seminario El animal que estoy si(gui)endo y en Lacan en el Seminario XX.
Mientras que Derrida desconfiaba de un cierto entusiasmo fusionista, de una palabra liberada o de un cierto “vibrar al unísono”, Lacan recordaba a los revolucionarios que “nada es todo”. Así pues, lo que se plantea en esta comunicación es un acercamiento a las posturas y de las posturas de dos autores, ver qué tienen en común Derrida y Lacan, cuando se aborda, paradójicamente, la imposibilidad de lo común, de una totalidad homogénea, de una fraternidad siempre y por siempre reconciliada, y esto en el marco de una reflexión sobre el mayo del 68.